viernes, 2 de junio de 2017

Ironías

Como ya es de conocimiento público, ocurre que la vida y yo nos llevamos mal. Ella me odia y yo la odio. Esto nos ha llevado a un conflicto que aún dura y ya lleva 31 años. Ella se empeña en que todo salga mal y yo me empeño en seguir vivo y el ciclo se perpetúa. Pero a veces, nos gastamos bromas que nos permiten tener pequeñas victorias. Por ejemplo, tengo mis pequeños momentos de felicidad cuando prendo mi computador y me pongo a jugar algo que me apasione. Y ella se encarga de destruir eso haciendo que todo me salga mal, destruyendo mis partidas gracias a mis manos torpes o nula coordinación mano-ojo.

Su última victoria ha sido en mi búsqueda de trabajo. Tras mucho buscar, finalmente di con algo de acuerdo a mis capacidades y cosas que me interesan y gustan. Al fin algo bueno que me sale en ese aspecto. Y esta cretina no encuentra nada mejor que lograr que este trabajo sea precisamente en el área que más odio de la ingeniería, la industrial, convirtiéndome en un trabajador de las áreas que me negué siempre a visitar y que siempre hice de mala gana.

Al final, esto sigue en un empate y ella se ríe en mi cara del hecho de que, a pesar de todo, no puedo ni quiero quejarme de su última victoria.

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