jueves, 26 de agosto de 2010

Activistas de Facebook: La nueva forma de rezar


Rezar: cómo hacer nada y pensar que estás ayudando.

Esa es la nueva forma de hacer activimismo hoy en día, una tendencia cada vez mayor que se ven en redes sociales, en particular en Facebook, donde pareciera que con sólo unirse a un grupo de nombre activista uno estaría ayudando en algo a intentar mediocremente una mejora cambiar el mundo.

¿Cuál es la patética realidad tras esto?
¡A NADIE le importa lo que hagan o deshagan los internautas de Facebook!

¿Cuándo alguien se ha preocupado por lo que diga un grupito ridículo de nombre ``tal o cual presidente es un inútil y no será quien me gobierne''?
La cruda realidad es  que hay una cantidad cada vez mayor de pelotudos que parecieran pensar que por el mero hecho de unirse a un grupo o hacerse fan de una página de corte ecologista cambiarán el mundo... y su único aporte al ecosistema es aumentar el espacio utilizado de forma inútil en las bases de datos que mantienen esas páginas (o sea, uso inútil de los recursos, espacio que podría utilizarse para algo más productivo, lo que resulta que estos supuestos ecologistas no hacen más que todo lo contrario de lo que pretenden).

Ahora bien, si a alguno de estos energúmenos pseudopensantes se le ocurriera una idea muy loca, algo así como, por ejemplo, HABLAR CON LAS AUTORIDADES PERTINENTES, las cosas serían muy diferentes. Un ejemplo que me afecta directamente es el caso de Morgana, una disco underground de Valparaíso, donde pasaron un buen tiempo colocando sólo new wave, dark wave o electrodark en alguna de sus muchas formas. ¿Dónde quedaba el metal o el gótico clásico para los que nos gustaban esos estilos? Luego del quiebre o cierre de varias discos dedicadas al tema, Morgana iba siendo la única opción viable, y no funcionaba como a un buen grupo de gente nos hubiese gustado que lo hiciera. Entonces, en Facebook, alguien creó un grupo al respecto en el que abogábamos por un futuro mejor para el local y donde pudieramos ir y disfrutar de nuestros gustos, variando entre todos los posibles estilos. Los creadores de este grupo hablaron con la dueña del local y ella les propuso que si juntaban suficiente gente, se acogería la petición, hablando de, por lo menos, 100 personas, logrando al momento de la petición, cerca de 120 personas y ahora van en más de 200 (hay que considerar que la región no tiene mucha gente).

¿Cuál es el punto de esto?
Mostrar que se pueden lograr cosas, pero primero que todo, ¡tienen que saber qué es lo que quieren y hablar con las autoridades del caso, dar a conocer las inquietudes y utilizar el número de personas que se unen a los grupos o se hacen fan como una referencia de cuánta gente apoya la causa!

Si no, ¿qué lograrán más que perder el tiempo y ayudar a hacer más basura con los recursos de la Internet? Como si no hubiera ya suficiente basura por doquier en la red.

Entonces, el punto en cuestión será:

¿Harán algo de VERDAD por la humanidad y el planeta (esto último es ampliamente discutible) o sólo se quedarán detrás de sus teclados haciéndose fan de cuánta página se les cruza por delante, de cada grupo con el que tropiezan, y pensando que cambiarán el mundo haciendo click cuando lo único que hacen es NADA?

Un llamado a la reflexión, que probablemente nadie lea nunca.